martes, 22 de mayo de 2007

Paz...

Llega y como cualquier otro día camina sola preguntándose ¿hasta cuándo seguirá así, es que acaso no va a suceder nunca nada? sigue caminando y como guiada por una fuerza sobre natural llega hasta su lugar predilecto, se sienta en un banco junto a la laguna, escucha una "Eres" de café tacuba que le trae recuerdos viejos y ganas nuevas, se acomoda y ve el reflejo de la luna sobre las mansas aguas de aquella que le hace reflexionar y realizar sus tan queridos viajes astrales, se dice para sí misma, ojala y estuviese de verdad sola aquí... la molestaban las parejas a su alrededor, eran las 7 de la noche, la brisa rozaba su rostro y la abrazaba, el murmullo nocturno la arrullaba y ella seguía tendida allí en el mismo lugar mirando la luna a través de un sauce, infinitamente en paz, consiguiendo su tan anhelado viaje sideral hasta los ríos de plata que se cuelan como rayos por las hojas que caen sobre ella, nada es mejor piensa, aspira lentamente el frio de la noche, se tumba en la grama y continúan sus recuerdos y las ganas.

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